Más de 40 años después de la publicación de este single, una de las canciones más icónicas de la música disco y todo un himno LGTBI, el número uno de las pistas pudo disfrutar de una nueva vida en un contexto totalmente diferente, en el que una vez más, proporcionó fuerza y esperanza a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, en sus comienzos, este himno feminista tan empoderador nació en un ambiente agridulce y de mucho sufrimiento para la artista norteamericana.
“Cuando empecé a cantar la canción no estaba pasando por mi mejor momento. Me habían operado de la columna y estaba vinculando la música a esta terrible experiencia, esperando que la cirugía fuera bien y que pudiera sobrevivir a la recuperación, para retomar mi carrera artística y poder seguir haciendo todas las cosas que había estado haciendo antes. Así que me lo imaginé de esta manera, creyendo que cualquier persona, por muy duras que fueran sus circunstancias, podría superarlo y sobrevivir, que podrían crear ese vínculo con la música para que les ayudara a reunir fuerzas, esperanza, coraje y empoderamiento, a través de las palabras que recoge la canción”.
Sobre el accidente que mando a Gloria a la sala de operaciones:
Lo perdí absolutamente todo: mi carrera, incluso mi casa en aquel momento. En la compañía discográfica me dijeron que no me iban a renovar el contrato.
En 1978 Gloria , se cayó sobre un monitor mientras bailaba en el escenario del Beacon Theatre de Nueva York. “Tuve que ser operada porque tuve un accidente sobre el escenario, y al día siguiente me desperté con una parálisis de cintura para abajo y estuve en el hospital de marzo a julio. Lo perdí absolutamente todo: mi carrera, incluso mi casa en aquel momento. En la compañía discográfica me dijeron que no me iban a renovar el contrato. Cuando salí del hospital estaba esperando y pidiéndole a dios que hiciera algo por mí. Y entonces la compañía discográfica me llamó para decirme que no iban a rescindir mi contrato, sino que en cambio había venido un nuevo ejecutivo inglés que quería que yo grabara una canción con la que había conseguido un éxito en Inglaterra. Y cuando fui a grabar la canción les pregunté que cuál iba a ser la cara B del disco, y resultó ser I will survive, pero trabajamos para que la cambiaran a la cara A y al final se convirtió en un gran éxito”.
Esa cara A que menciona y que su sello Polydor insistía en que grabara, es Substitute, la versión de los Righteous Brothers en la que se centraron todos los esfuerzos y medios disponibles para la grabación. Porque nadie daba un duro por I will survive, una canción que permaneció guardada en un cajón durante años, y que fue escrita por Dino Fekaris, compositor de la Motown despedido, y Freddie Perren. Y allí en el estudio estaba la pobre Gloria, rabiando de dolor, enfrentándose al micrófono enfundada en una faja lumbar, para intentar dar lo mejor de sí misma (cuando a la reina de la música disco ya la habían dado por muerta). Era su última oportunidad para poder volver a salir a flote y retomar su carrera. Y lo consiguió.
Gloria también ha utilizado su mensaje para enviar ánimos a mucha gente en todo el mundo a través de sus libros. La reina de la música disco comparte con nosotros una de las anécdotas que cuenta en sus páginas y que más le conmovió: “Una de las historias que más me impresionó fue la de un hombre que vio cómo asesinaban a su familia en un pueblo en África, pero él consiguió escapar y subirse a un barco que le trajo a los EEUU. Mientras que permanecía oculto, alguien en un camarote superior estaba tocando la canción I will survive. Y él contó que le animó y le ayudó mucho a sobrevivir al viaje y también una vez que llegó aquí”.
Su popularidad para ayudar a los demás
Gloria Gaynor es una de esas artistas que ha sabido emplear muy bien su fama y éxito para involucrarse con innumerables causas solidarias.
Una de sus grandes preocupaciones siempre ha sido la situación de niños en calle, huérfanos en los EEUU. Por este motivo estudió Psicología, especializándose en la rama conductual. “Lo hice porque quería ayudar en concreto a padres jóvenes, para ayudarles a entender lo importantes que son en las vidas de sus hijos. Y que siempre deberían formar parte de ellas, independientemente de si viven con ellos o no. Así que espero poder ayudar a una organización a conseguirlo para ser la voz también de la ‘hija abandonada”.
“La motivación principal fue que yo crecí sin un padre. Y en mi juventud y también al mirar atrás, me di cuenta de cómo ese déficit me afectó en muchas áreas de mi vida, de diferentes maneras. Así que mi propósito, en la medida de lo posible, es contribuir para que otras mujeres jóvenes no sufran como sufrí yo esa pérdida en sus vidas. Para que tengan la estabilidad emocional que se merecen y que necesitan para convertirse en mujeres de éxito en sus matrimonios y en sus negocios, y en cada una de sus relaciones, en la vida en general”.